17 de junio de 2012

Libertar como el humo del Cafe caliente

Tengo tu mismo color Y tu misma procedencia.
Somos aroma y esencia Y amargo es nuestro sabor.
Tú viajaste a Nueva York Con visa en Bab-el-Mandeb, Yo mi Trópico crucé De Abisinia a las Antillas.
Soy como ustedes semillas.
Son un grano de café.

En los tiempos coloniales Tú me viste en la espesura Con mi liana a la cintura Y mis abóreos timbales.
Compañero de mis males, Yo mismo te trasplanté.
Surgiste y yo progresé: En los mejores hoteles Te dijeron ¡qué bien hueles! Y yo asentí “¡uí, mesié!”.


Tú: de porcelana fina, Cigarro puro y cognac.
Yo de smoking, yo de frac, Yo recibiendo propina.
Tú a la Bolsa, yo a la ruina; Tú subiste, yo bajé...
En los muelles te encontré, Vi que te echaban al mar Y ni lo pude evitar Ni a las aguas me arrojé.

Y conocimos al Peón Con su “café carretero”, Y hablando con el Obrero Recorrimos la nación.
Se habló de revolución Entre sorbos de café: Cogí el machete... dudé, ¡Tú me infundiste valor Y a sangre y fuego y sudor Mi libertad conquisté...!

Después vimos al Poeta: Lejano, meditabundo, Queriendo arreglar el mundo Con una sola cuarteta.
Yo, convertido en peseta, Hasta sus plantas rodé: ¡Qué ojos los que iluminé, Que trilogía formamos Los pobres que limosneamos El Poeta y su café...!

Tengo tu mismo color Y tu misma procedencia, Somos aroma y esencia Y amargo es nuestro sabor...
¡Vamos hermanos, valor, El café nos pide fe; Y Changó y Ochún y Agué Piden un grito que vibre Por nuestra América Libre, Libre como su café!





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